Trump nominado al Nobel de la Paz mientras Gaza sigue ardiendo

Durante una cena oficial en la Casa Blanca, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, anunció que ha nominado al presidente Donald Trump al Premio Nobel de la Paz. 

El gesto tuvo lugar mientras ambos líderes celebraban recientes operaciones militares conjuntas contra el programa nuclear iraní, calificadas por ambos como un «éxito total».

“Está forjando la paz mientras hablamos, un país y una región tras otra”, aseguró Netanyahu, al entregar personalmente la carta de nominación a Trump. El presidente agradeció el gesto y lo calificó como “muy significativo, viniendo de usted en particular”.

La realidad de la paz de Trump

Sin embargo, la escena diplomática contrasta de forma dramática con la realidad en Gaza. Palestina vive una de las etapas más violentas y devastadoras de su historia reciente. Las ofensivas israelíes, con apoyo logístico, político y militar  de Washington, han dejado miles de muertos, entre ellos cientos de niños y mujeres.

La población civil enfrenta escasez extrema de alimentos, colapso hospitalario y desplazamiento forzado. Entre el 7 de octubre de 2023 y el 5 de enero de 2025, la guerra ha dejado un saldo devastador de aproximadamente 75.200 muertes directas, entre ellas cerca de 15.000 niños. (Cifras ONU) Cifras que siguen creciendo con el pasar de los días y las operaciones militares incesantes por parte de Israel. 

La nominación de Trump, quien ya ha recibido el respaldo de varios gobiernos este año como el de Pakistán , se da en un contexto en el que su política exterior sigue generando divisiones a nivel global. Su enfoque arancelario ha tensado las relaciones no solo con países de Europa y Asia, sino también con naciones de América del Norte y América Latina.

Para muchos, su apoyo incondicional a Israel no solo ha profundizado la crisis humanitaria en Palestina, sino que ha contribuido a consolidar uno de los conflictos más crudos y prolongados del planeta.

Otorgarle el Nobel de la Paz, o si quiera nominarlo en este contexto, parece más una provocación y una burla a la realidad que atraviesa el pueblo palestino en la franja de Gaza  que un reconocimiento real al pacifismo.

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