Rosa Villavicencio, nueva canciller de Colombia, enfrenta fuertes críticas por sus posturas políticas y su dominio del inglés
Rosa Villavicencio asumió oficialmente el cargo de canciller de Colombia tras la renuncia de Laura Sarabia, quien dejó el puesto en medio del escándalo sobre el contrato de impresión de pasaportes. Sin embargo, su nombramiento no ha estado exento de controversia.
Uno de los principales puntos de cuestionamiento ha sido su defensa incondicional de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. Villavicencio ha sido una firme defensora del régimen de Maduro, incluso después de las elecciones presidenciales de 2024, que fueron ampliamente cuestionadas por la comunidad internacional. La nueva canciller calificó los cuestionamientos sobre la legitimidad del proceso electoral como «malintencionados y perversos», defendiendo lo que consideró un «triunfo legítimo» del mandatario venezolano. Su postura la llevó a enfrentarse directamente con figuras políticas colombianas como el exministro Alejandro Gaviria, a quien acusó de ser «poco demócrata» por dudar del sistema electoral venezolano.
Además, Villavicencio ha mostrado su admiración por el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, a quien llegó a calificar como el «líder que reivindicó a los pobres», lo que ha generado más críticas, especialmente entre quienes consideran que esta relación cercana con el régimen venezolano no es favorable para las relaciones diplomáticas de Colombia con sus vecinos y la comunidad internacional.
A este cuestionamiento político se le suma otro aspecto importante: su dominio del inglés, un requisito implícito en la diplomacia internacional. En su hoja de vida publicada por la Presidencia, Villavicencio aseguró que posee un nivel “regular” de inglés, capaz de leerlo sin dificultad, pero con problemas para escribirlo. Aunque no es obligatorio hablar inglés para ser canciller, varios sectores políticos han señalado que, debido a la importancia del idioma en la política internacional, su falta de fluidez en este idioma podría ser un obstáculo para gestionar adecuadamente las relaciones exteriores de Colombia.
La combinación de su postura sobre Venezuela y sus limitaciones lingüísticas ha provocado un debate sobre su capacidad para asumir uno de los cargos más estratégicos del Gobierno colombiano. Si bien Villavicencio ha expresado su compromiso con la paz y la diplomacia, este contexto de controversias ha empañado su llegada al cargo y plantea desafíos para la gestión de la política exterior del país.
El futuro de las relaciones internacionales de Colombia, especialmente con Venezuela y otras naciones clave, estará marcado por la visión y la capacidad de Rosa Villavicencio para navegar estos complejos escenarios.



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