Restos de trabajador tailandés regresan a Israel desde Gaza
Las autoridades de Israel confirmaron la identificación de los restos del rehén tailandés Sudthisak Rinthalak, considerado hasta ahora como penúltimo rehén muerto retenido en la franja. 
Rinthalak, de 42 años, era trabajador agrícola en un kibutz y fue asesinado durante el ataque del 7 de octubre de 2023. Su cuerpo había sido trasladado a Gaza tras su muerte.  Luego de un intercambio acordado entre militantes y mediadores internacionales, sus restos fueron entregados a través de la Cruz Roja Internacional, llevados a Israel y sometidos a peritaje forense. 
Según un comunicado del ejército israelí y del Ministerio de Relaciones Exteriores, la familia de Rinthalak ya fue informada oficialmente y se coordina su repatriación para dar cristiana sepultura.  Esta confirmación reduce a solo un rehén muerto o vivo pendiente de devolución desde Gaza. 
Este proceso forma parte del acuerdo de alto fuego firmado en octubre, que contemplaba la liberación de todos los rehenes vivos y la devolución de cuerpos de los fallecidos. Hasta ahora se han recuperado 20 rehenes con vida y los restos de decenas de fallecidos. 
El hallazgo de los restos de Rinthalak representa un cierre parcial para su familia, y un paso más hacia el cumplimiento total de los compromisos humanitarios del alto al fuego. Pero también deja en evidencia la dimensión del conflicto: personas de múltiples nacionalidades fueron arrastradas al horror de la guerra y al secuestro indiscriminado.
Para muchos en la comunidad internacional, este retorno es más que un trámite es un acto de reconocimiento de vida, de dolor, de memoria. Que una persona asesinada en un ataque terrorista sea finalmente identificada y devuelta a su hogar implica dignidad, a pesar de la tragedia.
Aunque solo queda pendiente un rehén el policía israelí Ran Gvili su situación aún genera incertidumbre. Las autoridades de Israel insisten en que seguirán presionando para recuperar sus restos y cerrar este capítulo doloroso. 
Para quienes seguimos con atención el conflicto, esta noticia es una mezcla de alivio y amargura: alivio por dar cierre a una familia, esperanza de que el último rehén también sea devuelto; y amargura por recordar todo lo que se ha perdido.
Es importante mantener la mirada en el ámbito humanitario: no solo en los números de víctimas y rehenes, sino en las historias personales detrás de cada nombre. Hoy, Sudthisak Rinthalak vuelve aunque tarde a casa.
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