Nuevo ataque contra el oleoducto Caño Limón–Coveñas agrava la crisis de seguridad en Arauca

Un nuevo atentado contra la infraestructura petrolera del país fue denunciado este domingo 13 de julio por Cenit, filial del Grupo Ecopetrol, luego de que un grupo armado aún por identificar atacara un tramo del oleoducto Caño Limón–Coveñas en la vereda Agua Santa, zona rural de Saravena, Arauca.

El hecho, que se suma al reciente secuestro de tres contratistas de la compañía en esta misma región, obligó a activar de inmediato el Plan de Emergencia y Contingencia (PEC) debido a los riesgos ambientales y de seguridad que representa la explosión.

En un comunicado oficial, Cenit informó que notificó al Consejo Municipal de Gestión del Riesgo de Saravena y desplazó a la zona un equipo técnico especializado, acompañado por tropas del Ejército Nacional, que brindaron seguridad para permitir los trabajos de atención. La empresa pidió a las comunidades alejarse del área afectada hasta que concluyan las maniobras de reparación, mitigación y aseguramiento del terreno.

El Grupo Ecopetrol rechazó el atentado y reiteró el llamado urgente a detener los ataques contra la infraestructura petrolera, recordando que estos hechos ponen en riesgo a las poblaciones vecinas, generan graves afectaciones ambientales y golpean la economía nacional. Según Reuters, el ataque obligó a suspender temporalmente el bombeo de petróleo entre los campos del noreste del país y el puerto de Coveñas, lo que podría impactar las exportaciones de crudo.

Aunque Cenit no señaló a un grupo armado específico, las Fuerzas Militares advierten que en la zona operan estructuras del ELN y disidencias de las FARC. Arauca ha sido históricamente uno de los territorios más golpeados por la confrontación armada. El oleoducto Caño Limón–Coveñas, de 773 kilómetros y con capacidad de transportar 210.000 barriles diarios, es uno de los más atacados del país: solo en 2024 se han registrado 32 voladuras de oleoductos, según el Ministerio de Defensa.

El atentado ocurrió días después del secuestro de tres trabajadores de empresas contratistas de Cenit en Saravena y Fortul, quienes realizaban tareas de mitigación y limpieza tras otro ataque contra el oleoducto Bicentenario. La compañía exigió a los captores garantizar la vida e integridad de los trabajadores y pidió su liberación inmediata.

Colombia continúa enfrentando una escalada de violencia contra su infraestructura estratégica, afectando no solo la seguridad energética, sino también la estabilidad social y ambiental de regiones que siguen bajo control de grupos armados ilegales.

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