El precio de la indiferencia: cuánto pierden las empresas por no cuidar la diversidad

La indiferencia empresarial frente a la diversidad, el bienestar y la salud emocional de los trabajadores ya no es solo un problema ético: se ha convertido en un riesgo económico tangible. En Colombia, la rotación laboral anual alcanza el 41 %, una de las más altas de América Latina, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). A esta cifra se suma un dato aún más alarmante: el 48 % de los trabajadores afirma estar considerando dejar su empleo en los próximos 12 meses, de acuerdo con el estudio más reciente de EY Colombia sobre retención de talento.

El impacto va más allá de las renuncias. Investigaciones de consultoras especializadas en bienestar organizacional, como Adecco y Michael Page, revelan que el 34 % de los empleados se ha ausentado de su puesto por razones relacionadas con su salud mental o emocional. Cada ausencia, reemplazo o salida implica horas de formación perdidas, equipos fragmentados y proyectos detenidos. Lo que aparenta ser un ajuste rutinario de personal termina convirtiéndose en una fuga constante de productividad que debilita la competitividad empresarial.

Paradójicamente, mientras el Gobierno proyecta un aumento del 2 % en productividad para 2026, muchas compañías pierden el doble como consecuencia de climas organizacionales tóxicos, baja innovación y exclusión laboral. De hecho, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estima que la brecha de género y la exclusión laboral le cuestan a América Latina el 16 % del PIB per cápita, una cifra que dimensiona el alto precio de la indiferencia.

“La ética del cuidado no es sentimentalismo, es una estrategia empresarial que multiplica la productividad, fortalece la reputación y convierte la diversidad en un motor real de rentabilidad”, asegura Mauricio Hernández, vicerrector de Experiencia y Felicidad de la Fundación Universitaria del Área Andina.

Los números respaldan esta afirmación. Consultoras como Deloitte y Evaluar LATAM advierten que cada punto porcentual de rotación laboral puede representar entre el 1 % y el 2 % de la nómina anual. En una empresa mediana de 500 empleados, con un salario promedio de tres millones de pesos, el impacto puede superar los mil millones de pesos al año, recursos suficientes para financiar procesos de innovación, expansión o transformación digital.

Aunque estos costos rara vez aparecen de forma explícita en los balances financieros, se manifiestan en contrataciones constantes, incapacidades, errores operativos y pérdida de conocimiento clave. Medirlos es posible. Aplicando una fórmula que contemple rotación, ausentismo y conflictos laborales, una organización de 500 colaboradores puede llegar a perder más de 1.200 millones de pesos anuales por desgaste organizacional.

La evidencia internacional es clara. Un estudio reciente de McKinsey señala que las organizaciones con liderazgo inclusivo y empático registran un 27 % más de productividad y un 39 % menos de conflictos internos que aquellas con culturas rígidas y jerárquicas.

Invertir en bienestar, diversidad y cuidado no es un gasto adicional, sino una decisión estratégica. “Las empresas que integran el cuidado en su ADN no solo retienen talento: se vuelven más innovadoras, humanas y sostenibles”, concluye Hernández. En un entorno cada vez más competitivo, la verdadera pregunta ya no es cuánto cuesta cuidar, sino cuánto se pierde por no hacerlo.

Publicar comentario