¿Qué sucederá en Colombia si Trump la descertifica en la lucha antidrogas?
La posibilidad de que Colombia sea descertificada en la lucha antidrogas ha cobrado fuerza en los últimos días. Declaraciones del embajador colombiano en Washington, Daniel García-Peña, han reconocido que este escenario es factible, generando preocupación en el Gobierno y los sectores estratégicos del país. A esto se suma el reciente informe del Departamento de Estado de EE.UU., que advierte sobre la necesidad de intensificar los esfuerzos en la erradicación de cultivos ilícitos, los cuales han superado las 250.000 hectáreas, según la ONU. A pesar de los avances registrados en los últimos años, Washington considera que estos no han sido suficientes.
La descertificación representaría un golpe diplomático y económico para Colombia, pues implicaría restricciones en la cooperación bilateral, posibles sanciones y la pérdida de respaldo en organismos internacionales. Si bien desde 2003 el mecanismo de certificación fue modificado para evitar tensiones con países aliados, lo que ha llevado a que actualmente solo se publique una lista de naciones con problemas de narcotráfico sin una evaluación anual obligatoria, la presión sobre el país sigue siendo alta. La administración de Gustavo Petro ha planteado una estrategia que busca abordar el problema desde una óptica más social y de salud pública, alejándose del enfoque represivo tradicional, lo que genera discrepancias con la visión estadounidense.
Según la cuenta de X de la Cancillería, la representante Laura Sarabia anunció en su intervención sobre el proceso de certificación en la lucha contra las drogas, en el programa de la Cancillería #ELPuente, que: «Lo que estamos haciendo es mostrar que estamos luchando contra las drogas y construyendo un plan estructurado para la disminución de cultivos ilícitos.» Esto implica no solo erradicación, sino también la creación de alternativas sostenibles para los campesinos.
En este contexto, el desafío para Colombia radica en equilibrar sus políticas internas con las expectativas de sus socios internacionales. La lucha contra el narcotráfico sigue siendo un tema central en la relación con EE.UU., y cualquier señal de insuficiencia podría traducirse en consecuencias negativas para el país. El debate sobre la efectividad de los modelos de erradicación y sustitución de cultivos continúa abierto, mientras el Gobierno busca demostrar que su estrategia puede ser efectiva sin recurrir exclusivamente a medidas coercitivas.



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